Y es que todas las empresas o anunciantes han visto las enormes posibilidades que medios como Facebook, Twitter,Tuenti pueden ofrecer para el desarrollo de estrategias de venta y, en definitiva, para una mayor y más fluida comunicación con los clientes.
Todas las redes sociales deben mantener una perspectiva local, no global para la aplicación de todas sus estrategias comerciales. No podemos utilizar la misma comunicación de una marca de aguas, por ejemplo, Solán de Cabras a nivel español que a nivel de la provincia de Cuenca. En Cuenca casi todo el mundo, por no decir todos, conocemos Solán de Cabras y quizá tendrá que tener una estrategia más de cara a la imagen corporativa que a contar lo bien y lo saludable que puede ser el agua mineral para aporte de nutrientes en una dieta mediterránea.
Las redes sociales han ido mejorando a lo largo de los años la efectividad publicitaria. Cualquier empresa que se anuncia en facebook o que crea su perfil de twitter observará que está en un lugar "virtual" con presencia en el mismo entorno que los posibles compradores, que su mercado objetivo. Al desenvolverse en el mismo entorno lo hace de forma natural. Por lo tanto, no la considera intrusiva. En la creación de necesidades, que todo el mundo publicitario sabe, deben existir dos factores determinantes que hacen que un producto o servicio cree la mínima necesidad en un cliente para adquirirlo: son el considerarlo interesante y relevante. Por supuesto, debe cubrir las necesidades. Por tanto, en un mercado tan altamente fragmentado que nos ofrecen las redes sociales, el hecho de estar ahí impone también el hecho de buscar a los posibles clientes o público objetivo que considere nuestro producto relevante e interesante. Creo que no veremos, o sí, a ninguna abuela metiéndose a ser fan de la página de cereales hidrolizados Nestlé.
Es evidente que cualquier empresa que quiera estar en redes sociales debe buscar dar el servicio que los clientes buscan y no engañar. Por supuesto, ante una publicidad que es gratuita para el cliente, la empresa lo que busca es el beneficio que esa acción en redes sociales le vaya a dar.
Las enormes posibilidades de este medio tienen que ver con el hecho de poder microsegmentar, es decir, llegar a segmentar a la mínima potencia, muchas veces a entornos muy cerrados y a propios individuos, con nombre y apellidos. El hecho de microsegmentar implica que la publicidad se planifique, no podemos dejarlo de forma superficial. Además, nuestra estrategia de comunicación debe ir enfocada a la concepción de utilizarla en las redes sociales como una forma de apoyo a otras campañas o para actuar de altavoz de nuestra compañía. La imagen de la empresa y la actividad social deben ser dos compartimentos estancos que tienen que retroalimentarse.
Primeramente debemos cuidar la imagen de la empresa con una factura de perfil impecable; es evidente que se debe modificar con intención para llegar a ser interesante y relevante para el cliente.
Una vez creada esta imagen de marca en las redes, entra a funcionar la actividad social o comunicaciones que nosotros planteamos en la red social, en nuestra página.
Como podemos ver, las dos dimensiones deben relacionarse y, por supuesto, deben ayudarnos a saber crear la imagen de necesidad (ser relevantes e interesantes, en definitiva) para nuestro público objetivo. Eso, por supuesto, supondrá una garantía de éxito.
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